Bienvenida a Buenos Aires: Ciudad y Arte
Desde que llegué a Argentina una cosa me ha quedado muy clara, Buenos Aires no es un lugar para aburrirse, escoge un día y la hora que quieras, te puedo asegurar que hay algo para hacer y divertirte a lo grande.
Hace unas semanas atrás, fui a la Bienal de Arte Joven, una iniciativa que reúne a nuevos artistas de diferentes áreas y los pone en escena. Este tipo de iniciativas a mi me encantan, en mi ciudad natal (Maracaibo), anualmente hacen algo un tanto similar y siempre iba a echar un vistazo; de hecho en la última oportunidad que tuve para asistir, fue justo unos días antes de mudarme, una amiga participó en una exposición, así que cuando llegué acá no iba a perder la oportunidad de conocer un poco el movimiento artístico argentino.
La magnitud de lo que me encontré acá fue digno de un aplauso lento, una producción que abarcó desde muestras fijas, obras de teatro, arte interactivo, cortometrajes, performance en espacios públicos, musicales, todo eso en una semana abarrotada de actividades desde muy temprano en la mañana hasta la madrugada.
Son muchas las piezas que disfruté, como la "colección de imágenes" de Gonzalo Pedraza que constaba de un espacio enorme donde habían pasillos con mil fotografías imantadas, tomadas por jóvenes desde sus teléfonos, cuestionando cómo vemos hoy en día todo lo que nos rodea desde la perspectiva de una pantalla. Lo más curioso de todo y hasta reflectivo, es que la verdadera obra era la representación personal que el observador creaba. Muy interactiva, divertida y muy profunda, pues al final todos los que entrábamos formamos parte de ella, construyendo nuestra propia exhibición.
Hubo otra de las muestras que era auditiva, esta me encantó lo simple y oscura que era, constaba de unas cajas de madera en la pared que solo debías escuchar, el artista, Mariano Godoy, explicaba que solo son cápsulas de melodías contenidas en la memoria, una exposición tan increíble como que el sonido envolvente de una respiración pudo crear desde tranquilidad, hasta caos y desespero.
Así como estas, muchas otras conformaron una producción que me dibujó una enorme sonrisa. Me hicieron sentir a gusto y en casa de formas que jamás pensé, para mi ha sido como un gran abrazo de bienvenida. No se trata solo de la puesta en escena, cada calle está repleta de murales increíbles vistiendo a la ciudad y creando un enorme contraste entre su arquitectura clásica y el estilo urbano, desde mi perspectiva, son cápsulas de inspiración diaria, que me confirman que llegué al lugar correcto.
